Guía avanzada para abordar a Thomas
Pynchon
Noel Ceballos
LUZ
Es, quizá, su metáfora
más recurrente. Todos sus personajes que trabajan en algo relacionado
con la luz (por ejemplo, el padre de Frenesí en ‘Vineland’, técnico
de iluminación en Hollywood) son esencialmente positivos. ‘Contraluz’,
que se abre con una frase de Thelonious Monk al respecto, es la que más explora las posibilidades
beatíficas de la irradiación, tanto natural (lo último que ve un personaje
central es el sol poniéndose tras las montañas) como eléctrica (la Feria
Mundial de Chicago es descrita como un inmenso punto blanco en la oscuridad).
La luz es un don del que el Sistema siempre querrá aprovecharse: ahí está la
epopeya de Byron, la bombilla revolucionaria de ‘El arco iris de
gravedad’. Pero cuidado: una irradiación extrema también puede ser agente de
destrucción, como demuestra…
LA BOMBA ATÓMICA
‘Bajo la rosa’, relato breve de juventud
que acabó incorporando a su primera novela (‘V’, 1963), es una intriga
de espionaje ambientada en la Libia de 1898, pero también es una fantasmagoría
encriptada (sub rosa, claro) sobre el advenimiento de La Bomba. En ‘El arco
iris de gravedad’, los misiles V-2 son precogniciones polisémicas (provocan muerte,
pero también ansiedad, delirio mesiánico o incluso excitación sexual en algunos
personajes) del 6 de agosto de 1945, simbolizado en la novela como una
coreografía de Bubsy Berkeley que, al final, acaba formando un mandala nuclear:
litúrgica imagen fundacional del nuevo Orden Mundial que
emanó de los escombros en Hiroshima y Nagasaki.
No hay comentarios:
Publicar un comentario