Cansancio de la información
Byung-Chul Han
Fue en 1936
cuando Walter Benjamin designó la forma de recepción de una película como shock.
Este se produce en el lugar de la contemplación como actitud de recepción
frente a una pintura. Pero el shock ya no es hoy adecuado para la
caracterización de la percepción. Es una especie de reacción de inmunidad. En esto se asemeja al asco.
Las imágenes ya no provocan ningún shock. Incluso las imágenes de asco
tienen que divertirnos (por ejemplo, Dschungelcamp).* Se hacen
consumibles. La totalización del consumo elimina toda forma de contracción
inmunológica.
Una dura defensa inmunológica estrangula la comunicación. Cuanto más bajo
es el umbral inmunológico tanto más rápido resulta el círculo de la información. Un alto umbral inmunológico hace más lento
el intercambio de informaciones. No fomenta la comunicación una defensa
inmunológica, sino el me gusta. El círculo rápido de informaciones acelera
también el círculo del capital. Así, la supresión de la inmunidad se cuida de
que penetren en nosotros masas de informaciones, sin topar con un rechazo
inmunológico. El nivel bajo de inmunidad fortalece el consumo de informaciones.
La masa no filtrada de informaciones hace que se embote por completo la
percepción. Y es responsable de algunas perturbaciones psíquicas.
El IFS (Information
Fatigue Syndrom), el cansancio de la información, es la enfermedad psíquica
que se produce por un exceso de información. Los afectados se quejan de
creciente parálisis de la capacidad analítica, perturbación de la atención,
inquietud general o incapacidad de asumir responsabilidades. Este concepto fue
acuñado en 1996 por el psicólogo crítico David Lewis. El IFS afectaba, en
primer lugar, a aquellos hombres que en su profesión tenían que producir una
gran cantidad de información durante mucho tiempo. Hoy todos estamos afectados
por el IFS. Y la razón es que todos nosotros estamos confrontados con una
cantidad de informaciones que aumenta velozmente.
Un
síntoma principal del IFS es la parálisis de la capacidad analítica.
Precisamente la capacidad analítica constituye el pensamiento. El exceso de
información hace que se atrofie el pensamiento. La capacidad analítica consiste
en prescindir, en el material de la percepción, de todo lo que no pertenece
esencialmente a la cosa. En definitiva, es la capacidad de distinguir lo
esencial de lo no esencial. El diluvio de información al que hoy estamos
expuestos disminuye, sin duda, la capacidad de reducir las cosas a lo esencial.
Y, de hecho, pertenece esencialmente al pensamiento la negatividad de la
distinción y la selección. Así, el pensamiento es siempre exclusivo.
Más información no conduce necesariamente a
mejores decisiones. Hoy se atrofia precisamente la facultad superior de juicio
por la creciente cantidad de información. Con frecuencia un menos de
información produce un más. La negatividad de la omisión y del olvido es
productiva. Más información y comunicación no esclarecen el mundo por sí solas.
Y la transparencia tampoco lo hace clarividente. El conjunto de información por
sí solo no engendra ninguna verdad. No lleva ninguna luz a la oscuridad. Cuanta
más información se pone a disposición, más impenetrable se hace el mundo, más
aspecto de fantasma adquiere. En un determinado punto, la información ya no es
informativa, sino deformativa; la comunicación ya no es comunicativa, sino
acumulativa.
El cansancio de la información incluye también
síntomas que son característicos de la depresión. La depresión es, ante todo,
una enfermedad narcisista. Conduce a la depresión una relación consigo mismo
exagerada y patológicamente recargada. El sujeto narcisista-depresivo percibe
tan solo el eco de sí mismo. No hay significaciones sino allí donde él se
reconoce a sí mismo de alguna manera. El mundo se le presenta solamente como
modulaciones de sí mismo. Al final se ahoga en el propio yo, agotado y fatigado
de sí mismo. Nuestra sociedad se hace hoy cada vez más narcisista. Redes
sociales como Twitter o Facebook agudizan esta evolución, pues son medios
narcisistas.
Entre los síntomas del IFS se halla también la
incapacidad de asumir responsabilidades. La responsabilidad es un acto que está
vinculado a determinadas condiciones mentales y temporales. Presupone, en
primer lugar, el carácter vinculante. Lo mismo que la promesa o la confianza,
ata el futuro. Estas estabilizan el futuro. En cambio, los medios actuales de
comunicación fomentan la falta de vinculación, la arbitrariedad y el corto
plazo. La primacía absoluta del presente caracteriza nuestro mundo. El tiempo
se dispersa como mera sucesión de presentes disponibles. Y, en medio de eso, el
futuro se atrofia como un presente optimado. La totalización del presente
aniquila las acciones que dan tiempo, tales como responsabilizarse o prometer.
*
Dschungelcamp es un programa de la
televisión alemana en el que un grupo de famosos y celebrities viven en la selva durante un período de tiempo. (N. del
E.)
(En el enjambre. Byung-Chul Han. Herder editorial)
ana march. el infierno de lo igual: la sociedad de la transparencia
ana march. la sociedad del cansancio. byung-chul han
ana march. el infierno de lo igual: la sociedad de la transparencia
ana march. la sociedad del cansancio. byung-chul han
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