dice Blumm en su última entrada que todos queremos tener gente que acuda a nuestro blog, es así claro. yo tengo la suerte de tener unos pocos seguidores, excelentes todos, pero tengo que elegir al seguidor ideal de este mes de marzo y esa elección ha recaído en usted, mi querida Raquel. un beso, un abrazo y gracias
perdonen que me entrometa en su conversación. pero no me resisto a agradecerle a raquel g. el haber acertado, con la precisión de un bisturí, con las palabras que definen la adicción que arrastro desde ¿siempre?: "adicto a las caricias de la inteligencia". con su permiso, raquel g., me las quedo para utilizarlas cuando deba rellenar el apartado "profesión" de cualquier estúpido formulario. (si hay que abonar algo en concepto de copyright, raquel g., ruego me lo comunique; aquí, por ejemplo: ya sabe que no tengo casa: parasito en las trastiendas de los blogs que me gustan). saludos desde una mañana de viernes.
Desde la noche del mismo viernes le agradezco sus palabras, así como la intromisión. No hay copyright, nada que abonar. Las palabras dejan de tener dueño en cuanto son pronunciadas. Utilícelas cuando y como quiera, faltaría más. Como me emociono con facilidad, está de más decirle que lo del bisturí me ha frito el corazón. Lamento no poder cruzar impresiones con usted más a menudo. Estaré pendiente de cada trastienda.
raquel g.: en la trastienda la espero. miguel guerrero: abajo, reseñando un libro de coetze, habla usted de su "máquina de rastrear la letra K"; por si acaso su máquina no le ha avisado, le sugiero que se pase por la sección de cómics de su librería habitual y le eche un vistazo a un libro, KAFKA (ediciones La Cúpula), que es un curioso híbrido entre ensayo y cómic: el texto, supongo, a usted no le va a aportar nada; pero los dibujos y las historietas son del GRAN robert crumb: ya le digo, échele un vistazo: me lo agradecerá. saludos.
suicida: tuve el libro en mis manos el domingo pasado, me acordé de mi amigo luque, miré hacia atrás para localizar a la dependienta, absorta en una revista detrás del mostrador, con la intención de preguntarle el precio pero... lo devolví a la estantería -ya lo compraré cuando llegue la línea, me dije-, durante el viaje de regreso arrepentimiento. hoy, sábado, he preguntado en dos librerías y no lo tenían. la máquina de rastreo ha cumpildo, yo he fallado, por el momento. sin duda, hay que pillarlo. raquel g.: yo también, como no, soy adicto.
Yo voy a necesitar veinte cartones de Camel. ¿Puedo avisarte también cuando decida ir a por ellos? Es que estoy pensando en dejar de fumar, y eso me pone tan nerviosa que voy a tener que fumar más para reunir fuerzas. Habemus nuevo curro. Muchos nervios. Ay.
todo lo nuevo altera, descoloca. entonces, un cigarrito crea la ilusión de reposición o de tregua, un tiempo muerto en el recobramos algo de fuerza para continuar; necesario el cigarrito. para un fumador dejar de fumar es una situación nueva y lo altera, de ahí tu ingeniosa conclusión y mi consejo: fúmate un cigarrito y avísame cuando te falten, si se puede, el tiempo y la autoridad lo permiten avisaremos también a blumm, cruzaremos la frontera y nos haremos contrabandistas por un día.
Tomaré tus palabras -si me lo permites- como un amistoso abrazo, que es justo lo que hoy necesito. LLegan en el momento oportuno. Debe de ser uno de tus dones personales; la oportunidad. Gracias.
Me sorprendes. Siempre me sorprendes. Vengan esnobs a ver lo que sí es creatividad.
ResponderEliminarMantengo mi petición.
Un abrazo.
dice Blumm en su última entrada que todos queremos tener gente que acuda a nuestro blog, es así claro. yo tengo la suerte de tener unos pocos seguidores, excelentes todos, pero tengo que elegir al seguidor ideal de este mes de marzo y esa elección ha recaído en usted, mi querida Raquel.
ResponderEliminarun beso, un abrazo y gracias
Mi hermano denominaba "batir palmas con las orejas" a la expresión máxima de la alegría.
ResponderEliminarBato palmas con las orejas, querido Miguel, por tu creatividad, tu sobriedad, tus adictivos enigmas. Hoy, especialmente, las bato por tu aprecio.
No hay seguidores ideales, sino adictos a las caricias de la inteligencia.
Salud, caricias, un beso y un abrazo.
Gracias a ti. En serio.
perdonen que me entrometa en su conversación. pero no me resisto a agradecerle a raquel g. el haber acertado, con la precisión de un bisturí, con las palabras que definen la adicción que arrastro desde ¿siempre?: "adicto a las caricias de la inteligencia".
ResponderEliminarcon su permiso, raquel g., me las quedo para utilizarlas cuando deba rellenar el apartado "profesión" de cualquier estúpido formulario.
(si hay que abonar algo en concepto de copyright, raquel g., ruego me lo comunique; aquí, por ejemplo: ya sabe que no tengo casa: parasito en las trastiendas de los blogs que me gustan).
saludos desde una mañana de viernes.
Desde la noche del mismo viernes le agradezco sus palabras, así como la intromisión.
ResponderEliminarNo hay copyright, nada que abonar. Las palabras dejan de tener dueño en cuanto son pronunciadas. Utilícelas cuando y como quiera, faltaría más.
Como me emociono con facilidad, está de más decirle que lo del bisturí me ha frito el corazón.
Lamento no poder cruzar impresiones con usted más a menudo. Estaré pendiente de cada trastienda.
Saludos.
raquel g.: en la trastienda la espero.
ResponderEliminarmiguel guerrero: abajo, reseñando un libro de coetze, habla usted de su "máquina de rastrear la letra K"; por si acaso su máquina no le ha avisado, le sugiero que se pase por la sección de cómics de su librería habitual y le eche un vistazo a un libro, KAFKA (ediciones La Cúpula), que es un curioso híbrido entre ensayo y cómic: el texto, supongo, a usted no le va a aportar nada; pero los dibujos y las historietas son del GRAN robert crumb: ya le digo, échele un vistazo: me lo agradecerá.
saludos.
suicida:
ResponderEliminartuve el libro en mis manos el domingo pasado, me acordé de mi amigo luque, miré hacia atrás para localizar a la dependienta, absorta en una revista detrás del mostrador, con la intención de preguntarle el precio pero... lo devolví a la estantería -ya lo compraré cuando llegue la línea, me dije-, durante el viaje de regreso arrepentimiento. hoy, sábado, he preguntado en dos librerías y no lo tenían. la máquina de rastreo ha cumpildo, yo he fallado, por el momento. sin duda, hay que pillarlo.
raquel g.: yo también, como no, soy adicto.
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ResponderEliminarMiguel:
ResponderEliminarEspero que tu adicción no tenga cura.
Un abrazo.
Blumm también lee blogs pero tarda en contestar.
ResponderEliminarEn Gibraltar, ¡comprar tabaco también!
Saludos.
no dejes de avisarme, si te apetece, si vienes a por un cartón.
ResponderEliminarsalud
Yo voy a necesitar veinte cartones de Camel. ¿Puedo avisarte también cuando decida ir a por ellos? Es que estoy pensando en dejar de fumar, y eso me pone tan nerviosa que voy a tener que fumar más para reunir fuerzas.
ResponderEliminarHabemus nuevo curro. Muchos nervios. Ay.
Un abrazo.
todo lo nuevo altera, descoloca. entonces, un cigarrito crea la ilusión de reposición o de tregua, un tiempo muerto en el recobramos algo de fuerza para continuar; necesario el cigarrito. para un fumador dejar de fumar es una situación nueva y lo altera, de ahí tu ingeniosa conclusión y mi consejo: fúmate un cigarrito y avísame cuando te falten, si se puede, el tiempo y la autoridad lo permiten avisaremos también a blumm, cruzaremos la frontera y nos haremos contrabandistas por un día.
ResponderEliminarsalud pulmonar
Tomaré tus palabras -si me lo permites- como un amistoso abrazo, que es justo lo que hoy necesito. LLegan en el momento oportuno. Debe de ser uno de tus dones personales; la oportunidad. Gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.