¿LLegó Pepe a tocar el saxo? Yo llegué. Tarde, pero llegué. Ojalá me hubieran regalado uno así para no llegar tan tarde. Como una persigue sus sueños, tuve que regalármelo yo misma. Valió la pena.
Lo lamento, Miguel. Todavía me resulta extraño pensar que mi hermano tampoco podrá hacer ya nada que no sea permanecer en el recuerdo. O tal vez sí...¿quién lo sabe? Me gustaría creer en algún tipo de renacimiento, pero en eso me parezco al escéptico de House. ¿Qué es la nada? tampoco lo sabemos. Quizá cuando ingresemos en ella... Me he puesto triste a lo tonto, pero creo que sabrás comprenderme.
¿LLegó Pepe a tocar el saxo? Yo llegué. Tarde, pero llegué. Ojalá me hubieran regalado uno así para no llegar tan tarde. Como una persigue sus sueños, tuve que regalármelo yo misma. Valió la pena.
ResponderEliminarUn abrazo.
No, no llegó a tocarlo, y ya nunca lo podrá hacer.
ResponderEliminarUn abrazo, querida Raquel
Lo lamento, Miguel. Todavía me resulta extraño pensar que mi hermano tampoco podrá hacer ya nada que no sea permanecer en el recuerdo. O tal vez sí...¿quién lo sabe? Me gustaría creer en algún tipo de renacimiento, pero en eso me parezco al escéptico de House. ¿Qué es la nada? tampoco lo sabemos. Quizá cuando ingresemos en ella...
ResponderEliminarMe he puesto triste a lo tonto, pero creo que sabrás comprenderme.
Otro abrazo, querido amigo.
Gracias Raquel,
ResponderEliminarEn este sentido he pensado en los universos paralelos. Sólo nos queda saber llegar a uno de ellos, y encontrarlos.
Un abrazo
Me gusta mucho la idea. Es una alternativa. ¿Lo intentamos? Empiezo a investigar...
ResponderEliminarTú -y no Fdez. Mallo- me has convencido de que poesía y ciencia pueden ir unidas. Gracias.
Un abrazo.